En esta oportunidad les quiero hablar sobre mi maravillosa experiencia con el ayuno intermitente.
Les comento que no es una dieta como la mayoría de la gente piensa, sino que es un estilo diferente de ingerir alimentos, con el cual tú eliges la franja horaria en la que dejas de comer, frente a otro lapso de tiempo que decides dejar de ayunar. Es decir tú prolongas el ayuno por un tiempo determinado.
Les comento que no es una dieta como la mayoría de la gente piensa, sino que es un estilo diferente de ingerir alimentos, con el cual tú eliges la franja horaria en la que dejas de comer, frente a otro lapso de tiempo que decides dejar de ayunar. Es decir tú prolongas el ayuno por un tiempo determinado.
Tú decides cuando ayunar.
Tú educas tu cuerpo para comer.
Tú tienes el control.
Tú educas tu cuerpo para comer.
Tú tienes el control.
MI EXPERIENCIA
Casi sin proponerlo y con total
desconocimiento sobre el tema, comencé a transitar en la práctica del ayuno, ignorando totalmente en ese momento, sobre la existencia del ayuno intermitente.
Fue ya hace bastante tiempo, cuando decidí
prestar atención a las señales que mi cuerpo me daba, pero sobretodo tomarlas en serio. Advertí que
cuando desayunaba por las mañanas, al contrario de la creencia popular, (hay
que desayunar para comenzar el día de buena forma), aclaro en mi caso, me sentía físicamente pesada, mi mente menos ágil, y notaba además que mi rendimiento iba disminuyendo a
medida que aumentaba la ingesta de alimentos. Pero por el contrario cuando solo ingería
líquidos por la mañana me sentía genial. Con el correr del tiempo incorporé habitualmente esta nueva experiencia, y noté que mi bienestar iba en aumento, que mi cuerpo respondía cada
vez mejor a las exigencias diarias. Entonces me aventuré yendo un poquito más lejos, de llevar mi ayuno de la mañana hasta la cada vez más retrasada hora de la comida/almuerzo, la fui postergando aún más hasta alcanzar entre las 16-18 horas de ayuno, con las 8-6 horas de ingesta actuales. Hay ayunos más extremos de los cuales hablaré más
adelante.
Ya ven inconscientemente… o quizás no tanto… ya
que el cuerpo habla y yo lo escuché, estaba realizando el ayuno intermitente, el cual fui
perfeccionando con el correr del tiempo. Mi metabolismo lo agradeció y yo feliz.
Pero… siempre hay un pero, es muy importante que antes de hacer un ayuno intermitente con un horario prolongado, comiences primero preparando al organismo, y segundo que la franja horaria que utilices sea la menor. Con el tiempo puedes ir aumentando gradualmente las horas de ayuno, hasta acomodarla a tus necesidades o posibilidades. No olvides que vienes de otro estilo de alimentación
y un cambio brusco te puede provocar sorpresas desagradables, ocasionando daños a tu salud.
PONER A PUNTO EL ORGANISMO
- Limpiar el hígado de toxinas. Enlace
- Hidratar el cuerpo con agua. Enlace
- Reducir el azúcar y los carbohidratos. Envejecimiento INTELIGENTE
- Realizar ejercicio físico moderado. Ejercicio vs. depresión - Enlace
- Desintoxicar al organismo del hongo cándida. Enlace
- Tomar sol. Enlace
- Evitar en lo posible a las personas tóxicas. Las emociones influyen en la salud - Enlace
- Visitar al médico si así lo consideras.
NUESTROS ANTEPASADOS Y EL AYUNO
El ayuno es una práctica que se realiza desde
los albores de la civilización humana, pero que por alguna razón, podrían estar los intereses de sectores de nuestra sociedad occidental, la denostaron y nos hicieron creer que si no comemos tantas veces por días o lo que dicen que debemos, nuestra salud estará en peligro. Nos manipulan para que la olvidemos y no la practiquemos.
El ayuno es el antiguo secreto que mantuvieron a nuestros antepasados con buena salud cuando dieron sus primeros pasos evolutivos cazando grandes animales, y cuya carne había comenzado a formar parte fundamental de la dieta. Imaginen que cuando conseguían una presa hasta la próxima caza, podían pasar ya no varias horas sino varios días haciendo ayuno.
El ayuno es el antiguo secreto que mantuvieron a nuestros antepasados con buena salud cuando dieron sus primeros pasos evolutivos cazando grandes animales, y cuya carne había comenzado a formar parte fundamental de la dieta. Imaginen que cuando conseguían una presa hasta la próxima caza, podían pasar ya no varias horas sino varios días haciendo ayuno.
Filósofos, pensadores y médicos, descubrieron,
experimentaron y promovieron los efectos terapéuticos del ayuno. Hipócrates,
Platón, Sócrates, Aristóteles, Galeno, entre otros, elogiaron los beneficios
del ayuno. Pitágoras exigía a sus estudiantes que ayunasen antes de entrar a
sus clases.
Según el Dr. Honorio Gimeno, uno de los
médicos naturistas más reconocidos de España, comenta que, “Hipócrates, preconizó la utilización del ayuno, el pan integral y las
frutas y hortalizas crudas y aconsejó que en cuestiones de alimentación se
atendiese al instinto del enfermo. En
lo fuerte de la enfermedad, conviene alimentación muy débil o la supresión
absoluta de todo alimento....
Más recientemente, el célebre Mark Twain (popular escritor, orador y humorista estadounidense) dejaba claro que:
El ayuno puede hacer mucho más por un enfermo que la mejor de las medicinas y el mejor de los doctores, y hablo desde la experiencia personal.
Benjamin Franklin, una de
las personalidades más admiradas y estudiadas, también era un claro partidario del
ayuno:
Las mejores medicinas son el descanso y el ayuno
El ayuno también ha jugado un papel protagonista
por su capacidad sanadora física y/o espiritual.
Tan aceptada ha sido siempre la verdad
de que “el ayuno cura”, que ha acabado filtrándose en nuestra vida con refranes como:
Comer hasta enfermar y ayunar hasta
sanar
Como ven nuestros antepasados lo tenían claro. Sabían de sobra que el cuerpo es sabio, lo que pasa es que a veces tiene un dueño sordo, ignorante o mal informado.
Ahora bien, muchas personas confunden ayunar con inanición, y en realidad es que no tienen nada que ver, uno es un hábito de alimentación y el otro es una carencia total de la misma.
DESAPRENDAMOS PARA APRENDER
Ayunar se diferencia de la inanición en un aspecto
crucial: el control. La inanición es la falta involuntaria de
alimento, no es intencional ni controlada. Ayunar,
en cambio, es aplazar de forma voluntaria la ingesta de comida por diversos motivos.
Los seres humanos pueden
morir por frío extremo después de 6 a 12 horas de exposición, o por sed después
de unos cuantos días sin consumir agua o líquidos; pero de hambre solamente
después de algunas semanas si estaban en buen estado de salud cuando se los
privó de alimentos por primera vez.
Como verás son cosas muy diferentes. En el ayuno
intermitente tienes fácil acceso a alimentos, pero decides no
comer. El ayuno puede ser de cualquier duración, desde unas horas a incluso
semanas. Es posible empezar en cualquier momento, y puedes dejarlo también
cuando desees. Se puede empezar o terminar un ayuno por cualquier motivo o sin
motivo alguno.
No tienen una duración estándar, ya que simplemente es
no comer. En cualquier momento en el que no comas, estás ayunando. Por ejemplo,
puedes ayunar entre la cena y el desayuno del día siguiente, un intervalo de
aproximadamente 12-14 horas. En este sentido, ayunar puede considerarse parte
de la vida cotidiana
Es quizá la intervención más antigua y más poderosa que se pueda imaginar
Examinemos el término “desayuno”. Hace alusión a la comida
que rompe el ayuno; lo cual se hace a diario. En vez de ser una especie de
castigo inhumano y poco habitual, el lenguaje confirma de forma implícita que
se debe hacer a diario, incluso si es corto.
Para
el alemán Dr. Hellmut Lützner, autor de múltiples publicaciones sobre salud y
ayuno, ”El ayuno es una forma
de vida prescrita por la naturaleza. Ayunar es un comportamiento del ser humano
independiente, libre en cuerpo, alma y espíritu. El ayuno proporciona la
pérdida de peso, una limpieza general del organismo, la eliminación de residuos
provenientes de la contaminación ambiental o de la acumulación de estimulantes,
una piel renovada y un nuevo tono fisiológico y psicológico.”
Ayunar no es
algo extraño ni peculiar, sino parte de la vida diaria y corriente. Es quizá el tratamiento
alimenticio más antiguo y efectivo que se pueda imaginar. Pero, como he dicho anteriormente, por algún motivo hemos olvidado su formidable efectividad e ignorado sus
posibilidades terapéuticas, entre ellas, al estimular la autofagia, que es el mecanismo que tiene nuestro cuerpo para eliminar todas nuestras antiguas proteínas y
piezas celulares, provocando básicamente una limpieza celular, además de estimular la hormona del crecimiento.
Próxima entrada: MI MARAVILLOSO AYUNO INTERMITENTE – 2da. parte
·
Mitos
·
Funcionamiento
·
Tipos
Fuentes:
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