En octubre de 1999 se inauguró la conmemoración del Año de las Naciones Unidas de las Personas Mayores, bajo el lema “Una sociedad para todas las edades”. Se trabajó para que se partiese de una sociedad con un “diseño para todos”; crear y producir pensando en todas las personas y tener en cuenta las necesidades o dificultades específicas de los adultos mayores y de todas aquellas que no cuentan con toda la capacidad, autonomía o habilidad física, psíquica o sensorial que se suponen habituales. Un diseño que debiera generalizarse en todos los ámbitos de la vida cotidiana, pública y privada.
Atencion, cariño, cuidados,
integración, respeto y solidaridad son principios básicos en la relación con nuestros mayores.
Respeto y solidaridad
Respeto
a su momento psicofísico, a su ritmo, a sus valores, concepciones,
comportamientos, deseos y querencias, a la propia organización de su vida,
aunque no estemos de acuerdo, el consenso en la mejor fórmula.
Inmiscuirnos
e imponer nuestros criterios equivale a un abuso de poder y una falta de
respeto a su libertad.
Atención y cariño
Cuidados e integración
Es
nuestro deber como seres humanos y en este “diseño para todos”, cuidar,
proteger, ayudar, amparar a nuestros mayores, si queremos ser una sociedad
evolucionada. Tenemos que concientizarnos que los mayores son parte de esta
sociedad, en otra etapa de su vida y como tales su integración es irrenunciable
e incuestionable.
El
diálogo y la solidaridad intergeneracional son resortes para promover el
aprovechamiento de su riqueza cultural y experiencias , es un bagaje de vida
que nos ayudara para seguir transitando el camino de la evolución humana.
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