"El cerebro se nutre de una dieta baja en
hidratos de carbono
y rica en grasa, lo que por desgracia es relativamente
poco
frecuente en las poblaciones humanas de hoy"
Según el Dr. David Perlmutter, tanto para prevenir como para detener el deterioro cognitivo hay dos estrategias básicas: dar a las neuronas cerebrales los nutrientes específicos que necesitan, y potenciar al máximo la regeneración de las células cerebrales. Y es que ello posibilita mantener un cerebro joven y sano independientemente de la edad cronológica que se tenga. Las claves, varias pero fundamentalmente seguir una dieta adecuada que incluya suficientes grasas omega 3 y reducir al máximo el azúcar y los carbohidratos refinados, especialmente los elaborados con harinas de cereales. Siendo en cualquier caso lo más importante mantener una saludable flora intestinal que proporcione las moléculas necesarias para el rejuvenecimiento cerebral estimulando la síntesis de neurotrofinas. Eso y no la ingesta de fármacos es lo que realmente resulta útil.
¿Pero qué son las neurotrofinas? Aunque la gran mayoría de las neuronas en el cerebro de los mamíferos se forman antes de nacer, las partes del cerebro adulto (por ejemplo, el hipocampo) mantienen la capacidad de sintetizar nuevas neuronas a partir de células madre; un proceso llamado neurogénesis (nacimiento de nuevas neuronas) adulta. Las neurotrofinas son sustancias químicas que ayudan a estimular y controlar la neurogénesis.
En general se pensaba en los hidratos de carbono como saludables, incluso el arroz y el pan integral 100% o la quinoa, pilares de la mayoría de las cocinas de salud consciente, son causa de trastornos como la demencia, el TDAH, Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, dolores de cabeza crónicos y la enfermedad de Alzheimer, a través de toda una vida de consumo. Eliminando estos hidratos de carbono de la dieta, precursores de la inflamación, que son la verdadera fuente de los problemas que aquejan a nuestros cerebros y corazones, y aumentando la cantidad de grasa y colesterol que consumimos, podemos no sólo proteger a nuestro órgano más valioso, sino también, potencialmente, deshacer años de daño. El colesterol, por ejemplo, siempre vilipendiado por los medios de comunicación y la comunidad médica, en realidad promueve la neurogénesis y la comunicación entre ellas, en la medida en que los estudios han demostrado que los niveles altos de colesterol en suero se correlaciona con una más robusta destreza cognitiva.
En su libro Cerebro de Pan el Dr. David Perlmutter afirma que el deterioro cognitivo se debe en la mayoría de las ocasiones al mal funcionamiento de las neuronas por déficit de nutrientes y de ahí que hable de “anorexia cerebral”.
El factor neurotrófico derivado del
cerebro es una proteína que actúa como factor de crecimiento nervioso y no solo
potencia el crecimiento y desarrollo neuronal sino la génesis de nuevas
neuronas a partir de células madre cerebrales.
Para evitar el deterioro cognitivo –e
incluso poder revertirlo en gran medida-,es fundamental ingerir a diario ácidos
grasos omega 3 (DHA y EPA), tener suficiente colesterol , jamás tomar estatinas
y otros fármacos para bajar su nivel en sangre, y adoptar un estilo saludable
de vida.
El deterioro cognitivo puede tratarse eficazmente
ayunando o siguiendo una dieta cetogénica (consiste en reducir sustancialmente el
consumo de hidratos de carbono, cereales, legumbres, frutas, tubérculos, e
incrementar el consumo de grasas buenas, aguacate, aceite de oliva, coco, etc., a fin de “forzar” al cuerpo a consumir de nuevo grasas), manteniendo un microbioma sano,
haciendo ejercicio moderado, evitando el azúcar, el trigo y los carbohidratos
refinados e ingiriendo omega 3, cúrcuma, epigalocatequina-3-galato (se encuentra mayormente en el té verde) y niacina o vitamina B3 (carnes, pescados y algunas legumbres)
El gluten tiene efectos neurotóxicos ya
que produce exorfinas en el sistema digestivo que activan los receptores
opioides del cerebro provocando anomalías cognitivas.
El microbioma del intestino se refiere
a todos los microbios en los
intestinos, que actúan como otro órgano que es
crucial para su salud.
El papel del microbioma es tan
importante para las funciones corporales que en realidad actúa como un órgano y
afecta en el envejecimiento, la digestión,, el sistema inmunológico, el
estado de ánimo y las funciones cognitivas.
Las investigaciones también han revelado
el importante papel que tiene el microbioma en la salud mental. Hay una
compleja relación entre el intestino y el cerebro, lo que se denomina eje cerebrointestinall. La
microbiota interactúa con el sistema nervioso central para regular la química
del cerebro y proporcionar una respuesta ante el estrés, la ansiedad y la
memoria.
Los seres humanos no tiene la capacidad
de producir las enzimas necesarias para descomponer nutrientes complejos. Sin
embargo, las bacterias intestinales sí tienen esa capacidad y es algo
absolutamente esencial para una buena digestión. Las bacterias nos permiten
tener una dieta variada y recibir una amplia gama de micronutrientes y
fitonutrientes.
El Dr. David Perlmutter continúa diciendo,
que los constantes desafíos a nuestro cuerpo ingiriendo alimentos de alto
índice glucémico, conducen a la rápida elevación de azúcar en la sangre. Esto
es de suma importancia, ya publicado en New England Journal of Medicine. En este informe, los investigadores descubrieron que una
rápida subida de azúcar en sangre, incluso en el rango que la mayoría de los médicos
consideran como normal, está fuertemente asociado con el desarrollo de la
demencia.
Como hemos dicho anteriormente , hay dos formas de grasa que son de
vital importancia para la salud del cerebro son el colesterol y la grasa
saturada. En un estudio de la Clínica Mayo, se encontró que los
individuos que consumieron más grasa saturada, experimentaron una reducción del
36% en el riesgo de desarrollar demencia. Y esto viene de la mano de los datos
que indican que el consumo de grasas saturadas no tiene ninguna relevancia en
el área de riesgo cardiovascular, como ha sido descrito recientemente por el Dr.
Glen Lawrence en la revista, Advances in Nutrition.
Además agrega que la
grasa saturada es un bloque de construcción fundamental para las células
cerebrales. Ciertamente es interesante tener en cuenta que una de las
fuentes más ricas de grasas saturadas en la naturaleza es la leche materna
humana.
Del mismo modo, el colesterol es vital para un cerebro que funcione bien. El colesterol funciona como un antioxidante protector del cerebro. Es la materia prima desde la cual nuestros cuerpos producen vitamina D, un actor fundamental en la preservación de la función cerebral. Además, el colesterol es el precursor del estrógeno de las hormonas sexuales, la progesterona y la testosterona, las cuales contribuyen a una función cerebral sana. Mientras que el cerebro constituye de un 2 a un 3% de nuestro peso corporal total, un impresionante 25% de colesterol de todo el cuerpo se encuentra en el cerebro
Del mismo modo, el colesterol es vital para un cerebro que funcione bien. El colesterol funciona como un antioxidante protector del cerebro. Es la materia prima desde la cual nuestros cuerpos producen vitamina D, un actor fundamental en la preservación de la función cerebral. Además, el colesterol es el precursor del estrógeno de las hormonas sexuales, la progesterona y la testosterona, las cuales contribuyen a una función cerebral sana. Mientras que el cerebro constituye de un 2 a un 3% de nuestro peso corporal total, un impresionante 25% de colesterol de todo el cuerpo se encuentra en el cerebro
Por eso, cuando la FDA comenzó a advertir sobre el consumo de
ciertos medicamentos para bajar el colesterol estaban relacionados con la
disminución de la memoria y otros problemas cognitivos, no fue de extrañar. De
hecho, ya ha sido demostrado que:
las personas mayores,
cuyos niveles de colesterol son más altos,
presentan una reducción en un 70% de riesgo de demencia.
presentan una reducción en un 70% de riesgo de demencia.
Soy un absoluto defensor de una alimentación
con carne vacuna, huevos, y el aceite de coco, que se encuentra en la parte
superior de mi lista. Consumir estos alimentos mantiene la vida y el cerebro
nutrido. La reducción de los hidratos de carbono allana sustancialmente el camino
hacia la preservación cerebro, mejora de la función y reduce el riesgo de
enfermedad de Alzheimer, una enfermedad para la cual no existe ningún
tratamiento.
SABIAS QUE...
Fuentes
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