domingo, 26 de noviembre de 2017

Una SOCIEDAD para TODAS las EDADES





En octubre de 1999 se inauguró la conmemoración del Año de las Naciones Unidas de las Personas Mayores, bajo el lema “Una sociedad para todas las edades”. Se trabajó para que se partiese de una sociedad con un “diseño para todos”; crear y producir pensando en todas las personas y tener en cuenta las necesidades o dificultades específicas de los adultos mayores y de todas aquellas que no cuentan con toda la capacidad, autonomía o habilidad física, psíquica o sensorial que se suponen habituales. Un diseño que debiera generalizarse en todos los ámbitos de la vida cotidiana, pública y privada.

Pero este “diseño para todos” deberá ser, ante todo, una filosofía basada en la igualdad de derechos de todas las personas. Ha de incluir además una consulta previa a los posibles usuarios, ya que son éstos quienes están en mejores condiciones de señalar sus necesidades y las dificultades y limitaciones con las que se encuentran.
Atencion, cariño, cuidados, integración, respeto y solidaridad son principios básicos en la relación con nuestros mayores.

Respeto y solidaridad

Respeto a su momento psicofísico, a su ritmo, a sus valores, concepciones, comportamientos, deseos y querencias, a la propia organización de su vida, aunque no estemos de acuerdo, el consenso en la mejor fórmula.
Inmiscuirnos e imponer nuestros criterios equivale a un abuso de poder y una falta de respeto a su libertad.

Atención y cariño

La atención se realiza desde una escucha sin prejuicios ni juicios de valor. Debe  ser abierta, interesada y positiva. Otorgarles la dedicación necesaria para poder escucharlos, como se sienten, como  viven, que desean, sus miedos, como perciben sus recuerdos y experiencias. Esta escucha debe ser cercada, humana, con cariño, consideración y acompañamiento.

Cuidados e integración

Es nuestro deber como seres humanos y en este “diseño para todos”, cuidar, proteger, ayudar, amparar a nuestros mayores, si queremos ser una sociedad evolucionada. Tenemos que concientizarnos que los mayores son parte de esta sociedad, en otra etapa de su vida y como tales su integración es irrenunciable e incuestionable.

El diálogo y la solidaridad intergeneracional son resortes para promover el aprovechamiento de su riqueza cultural y experiencias , es un bagaje de vida que nos ayudara para seguir transitando el camino de la evolución humana.








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