EL PASADO: LA EDAD CRONOLOGICA VS. EL FUTURO: NUESTRA VERDADERA "EDAD BIOLOGICA"
Durante el proceso del envejecimiento
humano los cambios biológicos que se producen en cada individuo evolucionan de forma
muy heterogénea. Es decir, cada cuerpo y mente se va desarrollando de forma diferente,
envejeciendo a un ritmo desigual. Qué es el envejecimiento y sus teorías.
El ser humano es un
organismo muy complejo y es un error medir los cambios que se producen en él con
el simple relativismo temporal, ya que depende de múltiples factores que influyen en nuestro proceso de envejecimiento, de menor a mayor: genéticos, ambientales, emocionales,
psicológicos, cuidados físicos y especialmente la influencia que ejercen nuestros pensamientos, nuestro poder de resiliencia celular y nuestra actitud frente a la vida.
La resiliencia celular es el mecanismo que posee la célula, como
sistema vivo, para propender a su crecimiento, maduración y para su muerte.
Ella es básica para los procesos de neuroplasticidad, y puede ser innata o
adquirida.
Todos conocemos a
personas en las cuales no condice su aspecto general con su edad cronológica. Eso es debido a
que los procesos que se llevan a cabo en el interior del cuerpo, tanto los que nos afectan a nivel físico como los que nos afectan a nivel psico-emocional, tienen
un impacto variable en el desarrollo, evolución y reproducción de nuestras células. De eso se trata la edad biológica, de nuestra resiliencia celular, de su salud reproductiva,
de su estado funcional.
Entonces ¿tenemos una edad biológica diferente a la cronológica? Por supuesto, somos biología y respondemos como tal. No hablo del obsoleto binomio joven-viejo, hablo de salud-enfermedad. Además cada órgano que compone nuestro cuerpo, a su vez podría tener una edad biológica diferente.
Tal es el caso de Albert
Einstein, que murió a los 76 años de un aneurisma de la aorta
abdominal, y según estudios posteriores realizados sobre su cerebro, comparando sus conexiones cerebrales con otros cerebros de
personas jóvenes y ancianos, se llegó a la conclusión de que el físico tenía
más conexiones que cualquiera de los otros cerebros. Es decir, conservó su capacidad intelectual a pesar de los años transcurridos, o quizás hasta aumentó, eso no lo sabemos.
De todas formas la edad cronológica la podríamos seguir utilizando para realizar diversos ordenamientos en la población, etc. Pero ya tendríamos que comenzar a diagramar una nueva conceptualización social centrada en la persona y sus necesidades. Entonces, el proceso de envejecimiento tan humano como
individual, y que empieza a marcar nuestra vida desde el nacimiento, cualquier
experiencia o situación que vivamos nos impactara de forma diferente, en mayor
o menor grado en la salud de nuestras células, no olvidemos que nuestras células son seres vivos y como tal tienen memoria y según como sea nuestra adaptación
biológica, el bagaje cultural-emocional y la capacidad para superar obstáculos,
la resiliencia, podremos mantener esta fabrica celular en buenas condiciones y
postergar o evitar un envejecimiento patológico.
La célula humana
En biología, la célula es la unidad más pequeña que puede vivir por sí sola y que forma todos los organismos vivos y los
tejidos del cuerpo.
El proceso de envejecimiento es un proceso natural e
individual y para no ser patológico depende de la salud de nuestras
pequeñísimas fábricas de telomeros y telomerasa.
La bióloga molecular María Blascodirectora
del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), explicó que algunas
de las causas que se han averiguado en los últimos años sobre que produce este
envejecimiento patológico, se encuentran en la erosión de los telómeros. Éstos
son unas estructuras que se encuentran al final de los cromosomas. Son
esenciales para la vida y tienen una función de protección. Si se desgastan,
nuestros órganos no se pueden regenerar tan rápido y así aparecen las
enfermedades. “Si medimos los telómeros se ve que son cada vez más cortos
conforme aumenta la edad y pensamos que cuando son muy cortos esto desencadena
las distintas patologías”.
Por
otro lado, hay personas que tienen los telómeros mucho más cortos de lo normal
debido a las alteraciones de la enzima telomerasa, “una especie de máquina que
es capaz de alargar los telómeros”.
Por esa razón no se puede tomar como una regla generalizada.
Cada persona es tan única como su edad biológica.
A saber…
EDAD CRONOLOGICA
La cronología determina
el orden temporal de los acontecimientos históricos.
Por ende la edad
cronológica es el orden temporal que usamos para medir el paso del tiempo en
años de las personas desde el nacimiento hasta su muerte. Se basa en el
calendario gregoriano, originario de Europa, que a partir de 1582 se fue
adaptando paulatinamente en todo el mundo hasta la actualidad, y cuyo promotor
fue el papa Gregorio XIII,de ahí su
nombre.
EDAD BIOLÓGICA
La edad biológica, es un
concepto que está relacionado con el estado funcional del cuerpo. No mide el tiempo
que ha transcurrido desde nuestro nacimiento, sino el estado de nuestro
metabolismo. Se refiere a los años aproximados que tenemos molecularmente, es decir, el
estado de las células, los tejidos, los órganos y los sistemas que lo componen en
forma individual. Aunque también usamos la ilusión del tiempo para medirlo, debido
a que hasta ahora no se conoce otro parámetro para hacerlo, por lo menos no se
ciñe a un modelo estandarizado.
Ahora bien…
pensemos, es un poco ridículo creer que las personas, por ejemplo de 50 años (por dar un número) al día siguiente
de su cumpleaños, la totalidad de ellas tendrán exactamente el mismo envejecimiento
en sus células, las mismas enfermedades, arrugas, etc., como si el único factor
que influyera en el ser humano, puramente biológico fuera algo puramente cronológico.
Existen demasiados factores que condicionan nuestra buena o mala condición física, los internos-externos y sus diferentes niveles de intensidad que impactan sobre nuestra vida, los cuales podremos afrontar según nuestras herramientas adquiridas
y nuestro bagaje genético.
Por ejemplo el impacto biológico
como el estrés puede provocar que algunos parámetros que se consideran fisiológicos se
salgan de los rangos adecuados para la edad cronológica tipificada y que exista un desequilibrio entre los
procesos de regeneración y degeneración celular con un balance hacia estos últimos. Las hormonas de
estrés mantenidas en el tiempo (cortisol, adrenalina y noradrenalina) harán que
se produzca un grado de inflamación
crónica debido a una respuesta inmune desmesurada.
Una inmunidad sobre estimulada hará que se produzca
daño celular que será difícil de reparar en un contexto de inflamación sin
resolver que se irá perpetuando en el tiempo con un inevitable envejecimiento
prematuro de nuestros tejidos.
No se puede hablar de números
absolutos cuando nos referimos a una edad biológica, sino en aproximaciones. A menudo no coinciden la
edad cronológica de la biológica. Esta puede variar disminuyendo o aumentando en cinco, diez, quince o más
años.
Hay personas con una
edad biológica menor que la cronológica. Así, su cuerpo es "joven"
para los años que tienen. Para esas personas, las probabilidades de
padecer enfermedades relacionadas con la edad es menor. No solo suelen vivir más años, sino que
además gozan durante más tiempo de una mayor calidad de vida.
Por su parte, en el caso
de quienes tienen una edad biológica mayor que la cronológica sucede lo
contrario: esos riesgos son mayores. Diversos estudios han
demostrado que la edad biológica funciona como un factor predictor de
mortalidad.
Además, la edad
biológica puede no ser la misma para las distintas partes del cuerpo de
una misma persona. Alguien puede tener un cerebro "joven" pero unos
pulmones "avejentados", por ejemplo, en relación con su edad
cronológica.
La clave también está en el Sistema Inmunitario
Científicos de la
Universidad Complutense de Madrid (UCM) desarrollaron una hipótesis que ha
ganado mucha fuerza desde su formulación: la teoría del envejecimiento oxidativo inflamatorio.
De acuerdo con esa teoría, el sistema inmunitario desempeña un papel
clave en la velocidad del envejecimiento y, por lo tanto, en la edad
biológica.
"Un individuo con
una función inmunitaria más envejecida tendrá peor salud y
morirá antes que otro de su misma edad cronológica con una funcionalidad más
joven, la cual nos indica una menor edad biológica", explica un artículo de
Mónica de la Fuente, investigadora de la UCM y una de las responsables de esta
teoría.
La especialista añade
que, por su parte, "las personas que llegan a centenarias tienen esas
funciones inmunitarias con valores similares a los que presenta una persona
adulta". Las investigaciones señalan que la oxidación y la
inflamación de las células inmunitarias son las responsables del
aumento acelerado de la edad biológica.
¿Qué es lo bueno de todo
esto? Pues que –a diferencia de la edad cronológica, ante cuyo avance no
podemos hacer nada– la edad biológica se puede modificar: es
posible rejuvenecerla.
Cómo reducir los años biológicos
"Las intervenciones
nutricionales, de actividad física, de ayuda para el control del estrés, entre
otras, han demostrado ser de utilidad para rejuvenecer la función inmunitaria,
esto es, la edad biológica, lo que permite alcanzar una longevidad
saludable", apunta también Mónica de la Fuente. Es cierto que hay una
parte que depende de la genética. Pero el modo en que envejecemos no está
predestinado por esa herencia: la edad biológica depende de ella solo en un
25%. Las otras tres cuartas partes de la ecuación tienen que ver con factores
externos, relacionados sobre todo con el estilo de vida. Surgen entonces cuatro
elementos claves para mantener un cuerpo joven (e incluso para rejuvenecer),
que son además recurrentes cuando se habla de hábitos saludables:
Entonces...
Tener una mejor edad biológica ¿nos
podría permitir vivir más años? Pues en cierto modo sí, y lo mejor es que,
además, lo haríamos con mejor calidad de vida, que al final es lo que nos
interesa, es decir, dándole vitalidad a nuestros años.
Potenciando los factores que alargan nuestra vida
biológica estamos previniendo la aparición de enfermedades degenerativas
trabajando a un nivel mucho más profundo de salud, el celular. Aunque la genética personal es un factor a tener en
cuenta, hay otros factores que pueden llegar a tener aún mucho más peso en
todos los procesos que llevan al envejecimiento prematuro acortando la edad
biológica. Son los factores relacionados con la epigenética, es
decir, los que están por encima de la propia genética, los relacionados con el
estilo de vida y el ambiente que nos rodea.
La base de una edad biológica idónea está
en acentuar la capacidad de regeneración celular, introduciendo pequeños pero
poderosos cambios en nuestra vida.
Romper el sedentarismo y
aceptar que la actividad física forma parte de nuestra condición humana,
prestar atención a nuestra propia cronobiología respetar
las horas de vigilia y sueño, nutrirnos con alimentos naturales y
dejando de lado la basura comestible que daña la microbiota, mantener nuestra mente activa, cuidar
de nuestros sistemas de detoxificación, o tomar decisiones que
mejoren nuestra salud mental, son cambios sencillos que nos van a
permitir mejorar nuestra edad biológica.
Desequilibrios metabólicos, inmunes, endocrinos y
bioquímicos manifestados mediante procesos patológicos como la resistencia a la
insulina, la inflamación silenciosa, la autoinmunidad o las
neurodistonías son los que poco a poco nos hacen envejecer de una forma
prematura.
Empieza a mejorar tu edad biológica y darle
vida a tus años. Sólo tienes que escoger por dónde empezar y dar un paso
adelante en pro de tu salud.
Surgen entonces cuatro
elementos claves para mantener un cuerpo joven (e incluso para rejuvenecer),
que son además recurrentes cuando se habla de hábitos saludables:
Buena alimentación: una dieta equilibrada,
nutritiva y natural, como la mediterránea,
con bajas cantidades de "comida chatarra", azúcares, alimentos ultraprocesados,
etc. Por supuesto, siempre conviene evitar los excesos de alcohol, tabaco y
otras sustancias.
Actividad física: hacer ejercicio
moderado o intenso y no caer en el sedentarismo.
Poco estrés: en particular, se
deben evitar los niveles elevados de estrés que se mantienen durante mucho
tiempo y que pueden derivar en estrés crónico, y están muy relacionados con
situaciones de ansiedad y depresión.
Sueño saludable: dormir el número de
horas aconsejable y además lograr un sueño de calidad.
Cómo averiguar la edad biológica
En los últimos años, la
ciencia ha intentado hallar biomarcadores que permitan calcular
con precisión la edad biológica. Es decir, elementos que estén presentes en el
organismo humano y que sirvan para medir de manera objetiva el grado de envejecimiento
real de cada persona.
No es sencillo. Un proyecto de
la Comisión Europea se propuso desarrollar un "modelo matemático"
capaz de calcular la edad biológica a partir de una serie de biomarcadores.
La investigación destacaba
la importancia de este tema "en vista del aumento de la esperanza de
vida", el cual provocará también un incremento de la prevalencia de las
enfermedades relacionadas con la edad.
Estos marcadores
biológicos permitirían identificar a las personas con mayor riesgo, y por
ende mejorar la prevención y los tratamientos en las etapas
tempranas de cada enfermedad.
Pero no existe, por
ahora, un consenso universal acerca de cuáles son los biomarcadores más
apropiados. Algunos de los que se han propuesto con mayor frecuencia son datos
vinculados con el ADN. Por ejemplo, la capacidad de reparación de sus células o
la extensión de los telómeros (una parte de los cromosomas).
Si quieres saber que edad tiene tu cuerpo no te pierdas este video
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